mercredi 7 janvier 2009

La Justicia de las Palabras ( crítica en Artes y Letras, El Mercurio)

Crítica de José Promis, publicada el 4 de enero 2009
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Una agradable sorpresa depara la lectura de El libro de Carmen, novela corta publicada originalmente en francés y traducida al español por su propia autora, María Isabel Mordojovich, puntarenense hija de inmigrantes rusos y croatas que firma con el seudónimo María London, y que actualmente reside en Francia. Su asunto no presenta novedad; las historias de torturadores y de sus víctimas han sido temas utilizados con frecuencia en nuestra narrativa actual, así como las secuelas que situaciones opresivas, ya sea por la fuerza de las armas o por el poder de sistemas patriarcales, provocan en el comportamiento de la mujer lacerando su cuerpo o trizando para siempre las esperanzas de felicidad que alentaba en su corazón. El atractivo que ofrece esta novela es la perspectiva que se ensaya en ella con el propósito de iluminar el otro lado del mal y los interesantes resultados que esta opción provoca tanto en la forma del relato como en el sentido final que proyecta sobre los lectores. Con justa razón, la novela ha recibido varios elogiosos comentarios en la prensa francesa.

El argumento de El libro de Carmen se desarrolla en tres tiempos: su punto de partida es la fiesta de cumpleaños que ofrece un enigmático e insidioso personaje, Alan. Carmen es una escritora de cierto renombre que ha regresado por unos días a su país de origen y se encuentra casualmente en esa ocasión acompañando a su amiga Gabriela. Su presencia es aprovechada por Alan para hacerle una extraña solicitud: escribir sobre su hermano Sandro, fallecido algún tiempo atrás en confusas circunstancias. La solicitud de Alan despierta primero el desconcierto y después el violento rechazo de Carmen, otorgándonos pistas que sugieren la malevolencia encerrada en la petición del dueño de casa. El relato se orienta entonces hacia el pasado, en el que conoceremos la historia de Carmen previa a su salida del país y la participación que tuvo Sandro en su vida. Descubriremos que todo ha girado en torno al motivo de la traición y de sus lacerantes efectos en el destino de una mujer indefensa cuyos sueños son brutalmente destrozados. Una vez en posesión de los antecedentes que explican la reacción de Carmen y el misterio que encierra Alan, el relato nos trae de regreso al momento inicial de la fiesta y a la respuesta de Carmen a la maligna solicitud de su anfitrión.

Este tratamiento en una espiral del tiempo conduce nuestra mirada hacia las profundidades de un estado de alma para descubrir ahí las razones que justifican su presente. Mirada surrealista, sin duda, que adquiere mayor complejidad porque da lugar a un permanente diálogo polémico entre la voz que relata la historia de Carmen alternando el punto de vista de la mujer con el de Alan, y la conciencia de una voz en segundo plano (voz en off la llama desafortunadamente la autora) que discute, niega o altera las afirmaciones de la primera. Los lectores nos enfrentamos así a una interesante narración que permite contemplar con cautivo interés el desarrollo de una historia de dolor y salvación, y simultáneamente su mismo proceso de escritura, la configuración literaria que nace de la polémica permanente entre la mano que escribe y la conciencia que la conduce.

Bajo la aparente sencillez de lenguaje que ofrece la novela de María London se oculta, pues, una notable y compleja técnica narrativa que juega con el tiempo y polemiza y discute consigo misma para transformar la escritura en instrumento de justicia, como afirma en cierto momento la conciencia de la narradora, y comprobar que la historia de Carmen no es sólo la redención de una mujer engañada y ofendida, sino la de su país innominado que su cuerpo y su espíritu simbolizan.

José Promis
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dimanche 23 novembre 2008

Lanzamiento en la Filsa. Participaron los escritores Darío Oses y Nubia Becker, junto a la escritora y editora, M. Eugenia Lorenzini.

El 16 de noviembre, en el marco de la 28ª Feria Internacional del Libro en la Estación Mapocho, se efectuó el lanzamiento de la novela "El libro de Carmen".
A cargo de la presentación estuvieron los escritores Darío Oses (leer acá su texto de presentación) y Nubia Becker (leer sus comentarios).

Maria Eugenia Lorenzini, de Editorial Forja comentó:

"Sin lugar a dudas, nos encontramos frente a una escritora que trascenderá en las letras nacionales, ya que desde hace bastante tiempo ha venido trabajando con este maravilloso instrumento del cual nos servimos: la lengua, utilizando el matiz perfecto para cada palabra, el significado preciso y la connotación exacta. La experiencia y madurez literaria se hacen evidentes en El Libro de Carmen, la segunda novela de esta autora, cuya primera edición fue en francés De ella ya críticos de la talla de Claude Fell , en París, ha dicho: “El libro de Carmen da una imagen a la vez patética y melancólica de la condición femenina. La alternancia entre la tercera y primera persona crea una tensión aún más fuerte y cautivante para el lector debido a que el destino de la protagonista se identifica y se confunde poco a poco con el de su país. Una novela que debemos leer con urgencia”."





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lundi 17 novembre 2008

Reseñas Septiembre Octubre 2008

Le Monde Diplomatique, Octubre 2008


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El Líder, 3 de octubre 2008


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La Hora, 26 de Septiembre


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La Nación Domingo, 28 de Septiembre


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Precisión de la autora: “El libro de Carmen” denuncia mediante una caricatura la tendencia muy criolla de considerar los efectos devastadores de la misoginia como “algunos dolores sicológicos por calmar”….

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dimanche 16 novembre 2008

Darío Oses comenta "El Libro de Carmen"

Soy incapaz de calificar objetivamente a un libro de malo, regular o bueno. Apenas puedo decir, muy subjetivamente, que un libro me resulta interesante cuando me provoca, es decir, cuando yo como lector encuentro en él grandes afinidades o grandes desaveniencias. Y en este libro encontré las dos cosas.

Empecemos por las afinidades. Siempre he pensado que hay que denunciar una de las grandes estafas que nos venden a través de las canciones populares, las teleseries, los comerciales, los folletines y otros relatos mediáticos: la del amor, es decir de la coincidencia de dos personas que en su encuentro hallan la dicha plena, la felicidad definitiva.

Dice la autora: “Cuando se tiene veinte años todas las historias de amor se anuncian bellas, es como una evidencia”. Y luego: “Carmen tenía una singular capacidad para enamorarse y una aptitud mayor para levantarse y recomenzar luego de las decepciones a las que conducía su legendaria ingenuidad.”

Sí, desde luego hay que ser muy ingenuo para enamorarse, y de un candor patológico para reincidir en el enamoramiento después de las decepciones. Y esto es, en alguna medida lo que le pasa a Carmen protagonista de este libro. Sólo después de muchos desastres logra convencerse de que el encuentro amoroso de un hombre y una mujer no produce nada parecido a una novela rosa sino más bien escenas propias del relato de terror.

La autora nos presenta el amor como un engaño y advierte: “…existen circunstancias atenuantes que predisponen a dejarse engañar. Por lo demás a la mayoría de las mujeres les sobran las circunstancias atenuantes…” Más adelante habla de la compasión que ella misma, es decir la autora, siente “por las ingenuas que siguen poblando este mundo. Rechazarles esta mínima ilusión sería un acto de crueldad completamente inútil.”

Aparece aquí en esta novela la figura del seductor. Es un personaje universal. Está en las muchas versiones que se han hecho de don Juan Tenorio, el hombre que seduce por deporte o para poner a prueba una y otra vez su propia capacidad de seductor. Y uno de los recursos que el seductor tiene es su capacidad de manipular la ingenuidad de la víctima. Escribe la autora: “Él le hablaba de todo aquello que soñaba oír, todo cuanto cualquier mujer soñaría escuchar”…Éste es un viejo recurso, manoseado y archiconocido, que sigue dando resultado porque en realidad lo que hay aquí es una colusión perversa: el seductor engaña a una mujer que quiere ser engañada y colabora con el engaño. Cuenta mentiras que la engañada sabe que son mentiras, pero quiere creerlas.

Como todos los don Juanes, el de esta novela, que se llama Sandro, una vez consumada la seducción pierde interés en la víctima y pasa a despreciarla. Comenta con sus amigos: “.. jamás había conocido a una tontona tan estúpida, tan ingenua”, y la despacha.

De lo que hablamos aquí es del amor romántico, del amor como envolvimiento afectivo total, que prodiga y exige fidelidad total. Lo sorprendente es que muchas mujeres y también hombres sigan creyendo en algo tan anacrónico, tan añejo y apolillado.

Este tipo de amor es una invención de los trovadores provenzales del siglo XII. Es una construcción cultural que podría y debería derogarse. La literatura de todos los tiempos nos advierte que nada bueno se puede esperar del amor. Las historias de amor paradigmáticas, Romeo y Julieta, Tristán e Isolda, terminan en muerte. Las heroínas apasionadas de la novela del siglo XIX, Emma Bovary, Ana Karenina, se suicidan. Uno de nuestros trovadores modernos, Desiderio Arenas, nos advierte:

las historias de amor
son lo más triste que existe.
Las historias de amor
En general terminan mal.

Pero las ingenuas, como Carmen, siguen creyéndose el cuento, hasta que alguien viene a sacarla del error y en este caso es el mismo Sandro, al que yo veo como un personaje luciferino que ejerce la maldad, pero no gratuitamente, sino como una forma de revelarles a los ingenuos la monstruosidad del mundo real.

Esta monstruosidad se revela con el movimiento que me parece más interesante de este libro: la transposición del engaño y del abuso desde el plano íntimo y privado del amor hacia el ámbito público y político. Los mismos recursos que había usado el seductor para humillar a Carmen, los usa una pareja de torturadores contra presos y especialmente presas políticas. La agresión del seductor pasa a ser la del torturador. La manifestación más brutal del orden patriarcal en Chile, que fue el gobierno de Pinochet se dirige contra el cuerpo de la patria o de la matria.

Ahora voy a hablar de mis desacuerdos.

Estos se produjeron en cuanto empecé a leer la historia de Carmen, que inicialmente aparece como una mujer golpeada por el padre, privada de anticonceptivos por un médico varón, y violada sin violencia por un seductor anónimo. El libro reproduce un discurso feminista muy convencional: la mujer, esencialmente buena, aparece en estas primeras páginas como una víctima inocente del hombre, malo.

Me parece que esto simplifica una realidad en la que todos, mujeres y hombres, somos víctimas y también cómplices de un orden patriarcal jerarquizado, competitivo, consumista, despiadado, que usa y abusa de la violencia represiva. El problema es que el acceso de la mujer a posiciones de poder no ha cambiado sustancialmente esta situación. No basta con poner a mujeres como presidentas de la república para cambiar el orden patriarcal. De hecho siempre ha habido mujeres en el poder. Lucía Hiriart tuvo mucho más poder del que tiene Michelle Bachelet y eso no mejoró las cosas.

Afortunadamente este alegato feminista adquiere ciertos matices a medida que avanza la novela, y aparecen hombres sensibles y luchadores.

Entretanto Carmen se hace cada vez más inteligente. Practica el amor libre y sin compromisos. Curiosamente esta Carmen desencantada se dedica a escribir novelas romanticonas. Muchos hombres pasan por sus sábanas. De pronto ella vuelve a escuchar palabras almibaradas. Ayayaiii, entonces como lector ví venir un peligroso final tan feliz como tópico, en el que Carmen vuelve a creer en el amor romántico. Por suerte la autora advirtió también el mismo peligro y lo constata: “Ya se me va la pluma por donde no debe ir. Los personajes adquieren vida propia y no logro controlarlos. Carmen sigue creyendo en fantasías, sueña con el amor, y la tentación es grande de ayudarla a obtener por fin lo que tanto desea, ¿pero para qué serviría? Ésta no es una de las supuestas novelas escritas por Carmen con un final romántico y ridículamente feliz, y en ningún caso terminaré la narración con dos enamorados trémulos, viviendo en un mundo de Bilz y Pap…”

No, hombres y mujeres no estamos hechos para ser felices juntos. Pero la expectativa de serlo nos persigue implacablemente. ¿Qué hacer para separarnos definitivamente? Porque la unión ya no es necesaria ni siquiera para procrear. Nosotros podríamos enviar nuestros espermios y ustedes sus óvulos a un laboratorio y ahí que se junten ellos, mientras nosotros permanecemos a una prudente distancia y así nos evitaríamos tantos malos ratos.

Uno de los primeros teólogos católicos, Orígenes, optó por una solución drástica, la emasculación, o sea se cortó el pirulo, como quien corta una amarra que lo ataba a la mujer. No se si habrá sido una solución eficaz, porque tenemos un pene interior que es mucho más difícil de cortar.

La relación amorosa está llena de suspicacias, simulaciones, manipulaciones y engaños. Tal vez eso derive de que hay un orden patriarcal monolítico, que le teme a la mujer, mujer que en algún momento también aterrorizó al hombre cuando imperaba en el mundo un orden matriarcal. De ahí la creación de los monstruos mitológicos femeninos: las medusas, empusas y gorgonas. Ahora acabamos de construir una. Esta dama que mandó a matar a su cuñado ha pasado a ser la encarnación del mal en la tierra. Pero si la comparamos con Krassnov o con el guatón Romo, es un ángel. Aparece ahora como una nueva versión de la Quintrala, que también es una niña de pecho al lado de la soldadesca española de su época que perpetraba crímenes horribles en la población indígena.

La autora de esta novela construye la figura masculina del seductor que al penetrar en zonas más profundas del mal se convierte en torturador

Todo lo que ocurre a lo largo de este libro conduce a un desenlace muy bien armado. Por una pista muy sutil Carmen llega a desenmascarar a dos seductores - torturadores. Pero, así como la autora no se dejó llevar por la tentación de un romántico final feliz, tampoco cede a la fácil celebración de este descubrimiento de Carmen como un triunfo contra el mal. Este sigue existiendo porque, como lo escribe: “detrás del mal, existe otro mal: el más absoluto … detrás de los verdugos, de los violadores, hay otros hombres. Ésos que conservan las manos limpias y la sonrisa, una gran y extraña sonrisa.”

Tendría que agregar que una de las habilidades que tiene el mal es la de vestirse con las ropas del bien. Esos hombres de extraña sonrisa siempre alegan estar al servicio del bien y capaz que hasta se lo crean. Por eso el mundo es un escenario en el que luchan no el bien contra el mal, sino el bien contra el bien… pero casi siempre sale ganando el mal. Como en esta novela, donde el pequeño triunfo de Carmen es sólo una reivindicación de dignidad femenina y humana. Pero el mal permanece.
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Nubia Becker: Unos comentarios al "Libro de Carmen"

Eugenia Lorenzini me habló de este libro, de la autora María London. Tal vez lo hizo de manera tentativa para palpar eso que está en boga: La recepción. La recepción de la obra literaria, que es parte de su todo, de su completitud. Es decir, que mientras una obra no se pone en contacto con un lector es materia inerte. Como lo aconseja el gran Roland Barthes, lo leí como lectora atenta; quise concentrarme en lo meramente literario, para hacer un análisis sin dejarme llevar por las emociones y sentimientos que pudieran empañar la comprensión cabal de su trama. Sin embargo, al poco rato de leer estaba de lleno haciendo el camino de esta mujer, una mujer mundo se podría decir, porque en ella, en Carmen, la protagonista, se carga el sino del género. No, no el sino, no es apropiado ni correcto hablar del sino. Me corrijo, hablar de sino sería caer en la trampa de que el género está en los genes y no en la cultura. Y ese equívoco no es cualquier detalle; es algo muy delicado, porque si habláramos de sino ya no habría más que hablar. Precisamente, porque no es así, porque nacemos iguales y a la vez diferentes es que no podemos cargar con el estigma de ser las depositarias naturales de los prejuicios y creencias que nos atan a la minusvalía emocional, a la culpa, al falso pudor y a la vergüenza. Lo que hay es esta carga cultural, construida desde el poder, y conservada por las grandes mayorías, la que nos clasifica y condiciona y se nos olvida que por ser histórica es posible de combatir y cambiar entre todos, sin negar el valor de la vanguardia.

Clarificado esto, puedo decir que dí rienda suelta a mis emociones en la lectura, y seguí paso a paso la ruta de la protagonista. Lo primero fue la sorpresa. Me parecía increíble que una mujer moderna e intelectualmente capaz pudiera, en pleno siglo XX estar tan atada a los miedos e inseguridades para mantener una relación íntima con una persona que merecía todo su amor y confianza, y que lo hubiera dejado ir por no romper con las normas de resguardo de la doncellez. Es que no lo podía creer. Pero, a reglón seguido cambié de la sorpresa a la consternación, al comprender que nuestra vida como féminas sigue llena de bárbaros tabúes en relación con el amor y la sexualidad, y que éso que ya es malo, empeora pues ese tabú es el germen de otra serie de rasgos adquiridos que se manifiestan como reflejo en la conducta femenina: como el negarse el placer, el no aceptarse como persona igual al otro, el no respetarse en sus propias tendencias y resoluciones, el ceder a la menor presión, achicándose en la contienda de competencia. Es darle vuelta la espalda a los sueños. Es enfrentar la vida desde la duda y el temor, es desconfiar de nuestros talentos y esperar la aprobación de otros para tomar decisiones personales, es no atreverse a decir claro y fuerte lo que uno quiere y no quiere, es permanecer ignorante de los reclamos de su cuerpo y sus deseos, y derivarlo a las jaquecas, a las alergias, a los insomnios y a las depresiones; es en fin, avergonzarnos de la felicidad y expiarla con la culpa.

El libro de Carmen aporta mucho, porque llama a la reflexión de cómo vivimos esta relación de género cada una y uno de nosotros. Es un estupendo recordatorio que penetra a fondo la interioridad de la mujer, desde el propio discurrir de su vida en el aquí y en el ahora. Es la evidencia clara de un mundo, que si bien avanza, debe revisar conductas aberrantes que se han naturalizado por la cotidianidad en que se realizan, y donde la única manera de cambiar es la vigilancia constante y paciente sobre nuestro propio actuar, a fin de irlo modificando por medio de nuestro propio cultivo en el ejercicio de nuestra autonomía, en la convicción de que somos excepcionales y dotadas de grandes dosis de afectividad e intuición, dueñas de una inteligencia admirable y de una rotunda convicción de que lo que pensamos, decimos y hacemos es correcto y necesario. Creo que así es posible encontrar las vías para lograr el aprecio absoluto que merecemos, y la autonomía que necesitamos para gozar la felicidad y los dones recibidos.

Lo segundo, es que la lectura de este libro despierta un encono legítimo, ya sea porque médicos arbitrarios de ayer y de hoy, ligado a pensamientos reaccionarios, impiden el acceso a anticonceptivos a las mujeres, considerándolas como objetos, como vientres destinados y/o maldecidos por Dios a la maternidad como su único y alto sino. Esta tropelía médica, y también judicial, impuesta arbitrariamente por consideraciones ideológicas, es un abuso y un atropello intolerable a los derechos de las personas sobre su cuerpo integral, y sin embargo, sigue vigente en sectores de la Iglesia y de la sociedad. Sin ir más lejos hace una semana, un pequeño grupo de manifestantes se paraba frente a los tribunales para exigir que se le permita a una joven mujer abortar un feto con malformaciones letales, esto significa que no es posible su vida al nacer. Y la mujer, con todo el dolor y el maltrato, debe seguir el proceso de gestación hasta que llegue la hora del parto, bajo la mirada cruel e inhumana de gente que impone por el avasallamiento sus ideas.

Lo otro que mueve a la ira en la lectura de este libro es el abuso cruel, la violación a mansalva que bajo la tutela de la impunidad de que fue objeto la protagonista. Lo mismo sufrieron muchas mujeres prisioneras en tiempos de la dictadura. Como testigo sobreviviente de Villa Grimaldi y de campos de prisioneros políticos, lo puedo atestiguar. Esa fue una forma de tortura que conjugaba el machismo salvaje con la crueldad extrema y la cobardía de los represores. El pecado de las víctimas mujeres fue el de “meterse en la política”. Ese era el argumento que justificaba el castigo. La mujer que andaba en eso, era una prostituta, un ser degradado al que se le podía infligir cualquier castigo, someter a tortura o a cualquiera aberración sexual. A eso se unía la amenaza a los hijos. Muchas mujeres pasaron por esos tormentos. Pero cuando ya han pasado tantos años, nos hemos dado cuenta que lo común era que nos quedáramos calladas acerca de la naturaleza de esas agresiones; las asumíamos como una forma más y genérica de tortura. ¿Por qué? Nos preguntamos cuando quisimos o pudimos abrir esos episodios. A veces fue porque el horror bloquea, porque la envergadura de esa violencia sobrepasaba la asimilación de ese hecho. A ello se unía la sensación de suciedad y de contaminación del cuerpo con esa mancha indecente por venir de quienes venía. Era una situación antihumana. Bestial. A las que teníamos pareja e hijos nos parecía algo innombrable; un baldón en nuestras vidas y tratábamos de proteger a nuestros seres queridos de ese fango de la gran humillación a la que habíamos sido expuestas. Así, el tabú también funcionaba en nosotras. De manera inconsciente, pero funcionaba. Y quedó más en evidencia cuando al salir de prisión lo primero que se hacía era denunciar y dar testimonio de los que quedaban detenidos y de los prisioneros desaparecidos que habían estado con nosotras en las diferentes prisiones. Después relatábamos los lugares secretos y las condiciones en donde estuvimos detenidas, identificábamos las fuerzas que nos custodiaban, y las torturas a que éramos sometidas. Pero en ninguna de las fichas que llenábamos había una pregunta o un casillero que mencionara la violación, y a nosotras tampoco se nos ocurría agregarla. A nadie, con una mente sana se le ocurría que se pudiera llegar a ese límite de crueldad.

Y para terminar puedo decir que el Libro de Carmen también remueve en su lectura un pedazo de la historia real de este país.
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mercredi 15 octobre 2008

Traducción de comentarios y críticas de Francia

“Leí con mucho interés y placer (a pesar de la gravedad del tema) su novela “El Libro de Carmen”, que recomendaré inmediatamente a la "Quinzaine Littéraire". Por lo demás, lo leímos entre dos, confrontando nuestro punto de vista, completamente entusiasta. Es un libro hermoso, grave y dramático, sobre la condición femenina (la mujer humillada) en un contexto de pinochetismo. Bravo, la felicito, y encuentro que supo encontrar su estilo y su voz, dentro de una estructura novelesca original. Su novela “passe très bien la rampe” y le deseo todo el éxito que usted merece.” Albert Bensoussan. 17 de diciembre 2007.
(passer la rampe: metáfora de una obra de teatro que pasa con éxito la prueba de su puesta en escena, y que logra seducir al público)

“Más allá de la historia de una mujer es la historia de todas las mujeres a través del mundo. Bravo y sobretodo gracias por este libro”. Una lectora

“Entre ficción y testimonio, un libro de una gran fuerza” Librairie Decitre Grenoble. 30 juin 2007.

“Me gustó mucho este libro y lo releo cada vez que puedo. Para mí, al leerlo, uno es transportado. El lector deja de ser lector, para ser espectador. Gracias y Bravo!” Una alumna de liceo.

“Una novela muy bella.” Michèle Caron, Radio France Bleu Isère animadora de una emisión sobre libros

“Después de leerlo, se lo regalé a mis dos hijas”. Una lectora

“Quería decirte que adoré tu libro Carmen. Lo leí de un tirón y me encantó. Una hermosa historia. De haberlo sabido, lo habría leído mucho antes!” Estela, 19 años.

“Usted debería dedicarse a escribir novelas policiales” Gérard Meudal, periodista francés de Le Monde des livres, especialista de novelas policales.

“Una primera novela
Ingeniera en informática, apasionada de lecturas, María London se lanzó en la escritura. Primero poesías, después una obra en torno a la búsqueda de sus raíces. Tisseuse de mémoires de la Patagonie aux Balkans (El Hilo del medio), que nos presentó en el año 2004. Pero, en realidad, es su primera novela que ofreció este año al público que vino a escucharla en nuestro café literario.
El Libro de Carmen es el relato de los sueños destrozados de una mujer que desea amar en un país brutalmente privado de libertad y en donde el machismo ancestral se manifiesta en los excesos de una cruel dictadura. Es también un vibrante grito de esperanza y una invitación a las mujeres del mundo entero a conquistar sus libertades.
Escrito directamente en francés, en un estilo simple, claro, agradable de leer, esta breve obra de 100 páginas, que resulta ser casi un Thriller, puede con orgullo, pretender ser considerada en la categoría de las buenas novelas.” YM Diario Le Dauphiné Libéré de Grenoble, 15 de agosto 2007.

“Siempre leo los textos escritos por mujeres con un gran respeto. Este libro lo fuerza realmente y me emocionó mucho!” Un lector

“Cautivador y portador de esperanza, pero al mismo tiempo aterrador. No pude parar de leer hasta terminarlo. Gracias”. Una lectora

“Que alegría haberte leído! Este libro que escribiste es realmente muy, muy bello, aborda con una extraña mezcla de humor y de distancia un tema grave. Curiosamente, al leerte, tenía la extraña sensación de que más que el personaje ese que describes, el monstruo es el peso que cierta moral hacía (hace?) pesar sobre la sociedad, en particular sobre las mujeres!” Un amigo

“Vamos a recomendarlo a Amnistía Internacional.” Lectores de Corrençon en Vercors

“La felicito por haber escrito esta historia que me emocionó mucho tanto por su forma como por su contenido. El paralelo entre el trato dado por los hombres a la joven protagonista y lo que sufre el país durante el mismo período es muy acertado y podríamos, desgraciadamente, hacer paralelos semejantes, aún hoy día, en muchos países.” Una lectora de Grignan

“… La brevedad del libro no contradice la relativa complejidad de su construcción, a partir de la imbricación sabiamente calculada de tres niveles narrativos…… Construido de manera circular, con una situación particularmente dramática que aparece al principio y al fin del libro, El libro de Carmen da una imagen a la vez patética y melancólica de la condición femenina… Esta alternancia entre la tercera y primera persona crea una tensión aún más fuerte y cautivante para el lector debido a que el destino de la protagonista se identifica y se confunde poco a poco con el de su país.
Una novela para leer con urgencia”
Claude Fell. Tribune des livres, Maison de l’Amérique latine. Paris, 7 juin 2007.

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vendredi 10 octobre 2008

Primeros comentarios de lectores en Chile

“Acaba de ser publicado en Chile el "Libro de Carmen", de nuestra querida amiga María London, chilena residente en Francia. El libro fue publicado primeramente en francés, y fue presentado en la "Maison de l'Amérique Latine" en París.

Una visión distinta de las consecuencias del golpe de estado de 1973, "El libro de Carmen" "es el relato de los sueños destrozados de una mujer que desea amar en país brutalmente privado de libertad y en donde el machismo ancestral se manifiesta en los excesos de una brutal dictadura", dijo el diario francés le Dauphiné Libéré.

Publicado por Ediciones Forja, es una lectura indispensable para comprender el precio aun mayor que pagaron las mujeres ante la demencia criminal de la dictadura.”
L.C. 27 agosto 2008


"Es sorprendente e inteligente la forma de "matar" a un abusador y al otro darle de su propia medicina: un gran método para sanar y enseñar a sanar las heridas y sufrimientos del alma.

Releí algunos pasajes muy bien logrados, porque expresan claramente el momento en que Carmen aprende a ir de frente. Sin vacilar, toma decisiones y las ejecuta, con sentido de hacer justicia más que de cobrar venganza. Excelente. No puedo olvidar que la justicia es la forma civilizada que sociedad ha inventado para "cobrar venganza" frente a los que exceden sus límites en el comportamiento humano."
L.E.T. 10 septiembre 2008


Después de leer este libro estoy segura que quiero leer el otro!!. Terminé de leer el libro y en pocas lineas te dire que ¡me ENCANTO !....

Me gustaron mucho los personas, con Carmen me sentí muy identificada ....la presión social, lo conservador, el machismo y la iglesia.....todo esto tan nuestro y tanto que nos priva y marca sobre todo cuando una es joven.... concuerdo con tu hijo en que es un libro que gustara mucho a las jovenes pues se sentiran identificadas...pero tambien es un libro de TOMA de conciencia de los padres, educadores y politicos en cuanto a QUE le estamos haciendo a nuestros jovenes....Pues la vida de carmen en otro pais o/y en otro medio social donde todas las ataduras sociales NO fueran lo que son en Chile y/o en una familia donde hubiera dialogo seria otra!.
Por esto, el libro me gustó como (ex)joven por que me sentí MUY identificada en muchas de las vivencias de Carmen, me pasó más de una vez decir....uy así era yo y esto me pasó a mí o me podría haber pasado cuando joven.....Y como mamá, mujer, chilena, con una responsabilidad social que no debemos olvidar.

No entiendo el comentario del crítico de que Carmen tiene problemas sicológicos o algo así, le doy vueltas en mi cabeza y no logro ver de donde SACO eso!....creo que debemos hacer algo pues esa crítica que leí NO puede ser la crítica de este libro !!! Carmen NO tiene nada de enferma es una mujer que está tratando de vivir con una herida causada por una sociedad despiadada y que finalmente por su coraje logra sanar !! es una mujer cuya vida de joven soñadora e ingenua se vio destruída por abusos, presiones y juicios pero que con fortaleza de mujer logra reconstruir a lo largo de su vida!! Gracias por el libro ! Un abrazo
C. T. 6 de octubre 2008
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mercredi 27 août 2008

El libro de Carmen en Chile

Las emociones se agolpan, las palabras adecuadas se alejan, sólo resuena el silencio. Sin embargo todo queda por decir. Un libro que se publica es como un niño que nace. La muerte y el nacimiento van tomados de la mano y el corazón desorientado no sabe si celebrar o llorar. Un amigo escritor me dijo hace años que su primer éxito literario tuvo el gusto amargo de coincidir con la muerte de su madre. Este 23 de julio mi padre nos dejó para siempre. El gusto amargo no es sólo por su muerte, lo es también por ciertas palabras que recibí tratando de obtener que se le rinda un homenaje. Alguien, desde un alto cargo me dio a entender que lo único que vale en Chile hoy es lo que es “negocio” y en vez de un homenaje me preguntó si quizás la familia deseaba dinero, algún incentivo. Quedé como una extra terrestre. La persona me dijo entonces que yo debía entender que el mundo había cambiado.

Por suerte esta persona se equivoca. La prueba es que "El Libro de Carmen" encontró sus hadas madrinas en Chile. Personas que sabiendo que un libro no es negocio, menos aún un libro como el mío, que va en el sentido contrario de la corriente actual, lo adoptaron, me adoptaron y han hecho que esta publicación sea posible. Me refiero a Maria Eugenia Lorenzini, de la editorial Forja, a quien va todo mi agradecimiento, y a Paloma Morales que hizo uso de todo su arte y cariño para el diseño de la hermosa tapa de la versión chilena del libro.




El libro se encuentra en las librerías:

Antártica Alto Las Condes, Antártica Parque Arauco, Antártica Patio Centro, Antártica Vespucio (Mall de La Florida), Manantial, Universitaria, Qué Leo, Altamira, Antártica Antofagasta, Antártica El Trébol (Concepción). En algunas semanas debería estar también en La Feria Chilena del Libro y Las Librerías José Miguel Carrera (que tienen un proceso de distribución distinto). Leer más...

dimanche 10 août 2008

Citación de "El Libro de Carmen" y resumen

“Lo siento si no se entiende mi libro o si se lo entiende demasiado bien, se dijo Carmen. Lo siento por la pobre Blanca, se dijo aún, pero es preciso que el mundo sepa. Sí, yo escribiré esta historia. Es necesario decir que detrás del mal, existe otro mal: el mal absoluto. Que detrás de los verdugos, de los violadores, hay otros hombres. Esos que conservan las manos limpias y la sonrisa, una gran y extraña sonrisa. Es necesario decir que tras los fascistas y los hambrientos de poder y dinero, están también esos hombres y que unos y otros se suelen confundir.”


A una escritora que se encuentra de paso en su país, le piden que escriba sobre el hombre que treinta años atrás arruinó su vida. Esta novela hace un paralelo insólito entre la historia de una mujer y la de un país cuyos sueños libertarios fueron destruidos por un violento golpe de Estado.

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